amándose el uno y el dos
nada de humano había en sus ojos
de la mano por campos abiertos
Suelen crecer en el prado
flores pequeñas de seda
tomó una del borde y la puso
justo al centro de sus manos
Algo floreció un paso más allá
donde se besaron los mares
se recogió los pétalos gigantes
como faldas al cruzar el arroyo
Y guarecidos bajo su sombra
acordaron tácitamente dormir
cerrando sus ojos indivisibles
sus manos inalcanzables
Allí fue que todos volviéronse aves
que despertó el estruendo feliz
cuando todos los pactos se sellaron
un día blanco como luz de adentro
Aún recordaban abril
cuando el mundo seguía aquí
cuando el cielo los besó
cándido soplo de amor
Cálida se hizo la canción
navegaron al borde de un dios
suaves los sueños se fundieron
torre de futuro entre sus manos
El cielo ya se olvidó
de aquel botón que floreció
nada de humano hubo en los dos
ya no hay más nada tras la flor
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