Tarea marina

miércoles, 28 de mayo de 2008


Estoy parado frente al mar ¿y qué?
en la curva de la tierra se pierde él
y yo con él me pierdo

Se estremecen, se revuelven, mariposas
me devuelven el sol que hace mucho huyó
y en medio de mis ojos, desaparezco

En medio del olor marino, las gaviotas
tan dueñas del cielo, se adueñan de la brisa
y yo a ellas me pliego

Pero en tanto no llegue al borde 
dueño de la brisa, entre reflejos
no podré hacerte llegar de carne ningún beso


Hombres sin terminar


El hombre que ha empezado a andar
aquel hombre, está inconcluso
y ninguna cuerda que le sostenga
la vida sobre los hombros es magia
al punto que al caer de bruces
sobre el tesoro que su dueño anhela
podría ser arena atrapada en coladeras

Aquel que empezó temprano a llorar
que consiguió dejar huir a otras tierras
todos los matices de negro, no tiene suelo
y todos sus hijos, predestinados al viaje
a la verticalidad del destino celeste,
sueñan con flotar para no llegar abajo
para no dejar cicatrices en las carnes

De tanto hombre ad hoc, finalmente,
que enviado a su labor fue expelido
de la escuela, sin acabado propio de vivos,
sin querer una argamasa se ha formado
cimentando el espacio fortuito, maravilla
que deja espacio suficiente en lo eriazo
para que retoñen todas las hierbas del mundo

El comentario

lunes, 26 de mayo de 2008

Hoy me hice a mi mismo un comentario ácido, mordaz, como si tratara de derrumbarme a mi mismo:

"Ya no recuerdo qué se siente hacer el amor"

Mis ojos se volvieron en blanco, como tratando de recordar el último vaho impregnado en el fondo más fondo de lo que sobrevive en mi mente -a duras penas- de ello: no encontré nada.

"Ya no recuerdo cómo se siente el amor"

Tengo una lista interminable de presupuestos pendientes y tareas inconclusas, no tengo mucho más que ofrecerme.

Transductor

lunes, 19 de mayo de 2008

toda esa gente revolotea
porque se ha encontrado el arma
un transductor perfecto
que carga a las piedras de noche

Todos los ocasos apiñados
todos se enfrían, unos sobre otros
ahora la gente se dedica
a aspirar los cúmulos de verso

qué vuelo majestuoso
ese, el desenfado de las aves
proyección sempiterna
de su envergadura sobre el desierto

con los cuerpos duros
se hace guardia a los milagros
del aparato entregado
por el dios que ríe al vernos marchitarnos

sin noche

Niños celestes

domingo, 18 de mayo de 2008

Cuando se lee en el cielo
que uno ha empezado a amanecer
todo niño, se abren
todos los futuros en la espalda
para llorar por toda la neblina
que es un poco de maná
de las divinidades austeras

Así es que ya no crece
ninguno de los páramos,
pasmados se dedican al juego
de esconderse
los críos indómitos y pobres
de todas las historias
en las que ya no queda fuego

Ya te habían bautizado

¿Cómo te llamas? Acabo de vaciar el cenicero de todas esas colillas y no hago sino pensar en tu nombre. Miraflores se veía como un recuerdo de la Feria del Hogar, y yo no hacía sino extrañar los juegos. Y aquí es que tu nombre se siembra como uno de esos pases furtivos que solían suceder, una efímera transacción ocular mientras uno iba camino del Mundo de Camila. Así es que se transforman todos los nombres en cada paseo, de esos en que te encuentras con todos.
No por tanta remembranza tu nombre dejó de ser misterio, ni el pasado dejó de congelarse allí atrás, es sólo que... sólo que... que estoy solo, y ahora tiendo a preguntarme a mi mismo, en plena vida ascética, sobre los nombres. Ya desprovistos de cuerpo, sólo los rótulos que adornan unas nadas muy grandes, será que he perdido toda perspectiva.
Y si en tanta cháchara no te he dejado entrever mi desorden, es porque eres una dulce manifestación de todas las ausencias, y como todas ellas, disfrutas del placer de no estar aquí (traduciéndose en el no leer); tal vez me hablo a mí mismo, haciéndome compañía como hace algunas horas, jugando ajedrez en la portátil.
Así que tu nombre es Soledad, ya te había bautizado García Lorca, y en pleno arribo de las noticias matutinas no haré sino rendirme ante tu presencia, es que ha llegado la hora de irme a la cama.

Arroz tostado

Días han pasado ya desde que pensé haber escrito un ensayo sobre la nada absoluta, mientras todo se desenvolvía en absoluta calma. Pero hoy, frente al fogón con el que tostaba arroz, caí en cuenta que lo misterioso era no haber escrito dicho ensayo, más bien era una mala percepción sobre una experimentación meramente vivencial.
Ya resuelto sobre el tema anterior, decidí reinstalar mi cliente de correo nuevamente, para darme con la sorpresa de que Terra ha borrado mi archivo de mails de los últimos 5 meses, y como todo workoholic, he sentido que allí se fue parte de mi vida. Pero lo he tomado muy tranquilamente, y mis manos aún huelen al gengibre con el que aderecé mi arroz tostado.

El vuelco

lunes, 12 de mayo de 2008

Con el correo que recibí de Javier mi vida dio un vuelco. Estuve, pues, el jueves en la puerta de la agencia entrevistándome con él; productor general, me dijo, la coordinación de toda la producción, te gustan las macs y hay tres marcas que amo: Apple y Toyota, te llamo durante la semana.

Ese día salí de la agencia a ver el mar, a pensar lo bonito que tiene la Lima de Adán, un barranco que te separa de aquello que te inspira, y lo deja a una prudente distancia para dedicarse a la mera contemplación. Es que, en el proceso suicida del escritor, cada inspiración es una tentación de perecer en el seno de la musa, como para morar eternamente en ella.

Luego me iba yo al evento que tenía por la noche, para encontrarme con toda esa gente que conocía allí. Pero lo mejor fue encontrarme con quienes no conocía, hace mucho que ese tipo de ojos no miraban éste tipo de ojos. Y así fue, el whisky se encargó de lubricar la velada, y la velada se encargó del resto.

Fui a mi cama a dormir para hacer nacer al viernes en el que, por la mañana, sería un productor general de una agencia grande e iría por las calles de Barranco pensando en la noche de ayer. Es que no quería otra cosa que ver el mar así, distante, pues ya no tiene sentido morir en aquello que brilla pero no es musa nunca más, ahora solo es bonito lugar en el que se refleja el sol.

Mañana, lunes, estaré una vez más camino a Euro RSCG, tratando de entender aquel vuelco que la vida prodigó.

Sombra de títere

Vamos a salir por esa angosta calle
que al borde del acantilado desemboca
para vernos como esperaba, bajo el sol
y hacer mucho más tenues las palabras

Todas las veredas huelen a mar
y, sin embargo, retiros son del alma
que se entrega gallarda a su destino
presente como cuerdas de fantoche

Caminando es que nos vimos y al final
supimos lo que supo aquella calle
al inicio reflejando nuestras sombras
guardaba para sí el que éramos nadie

La fiebre

domingo, 11 de mayo de 2008

Sufro una enfermedad sideral
que convence a todo tipo de palabras
lejanas de entibiarse bajo las alas,
una fiebre del espacio
que alumbra los dientes aburridos
en la que me encuentro mil veces
reflejado en todos los espejos
que han decidido volar
allí, quietos y distantes los platinos.

Enfermedad de demoras
así en esos virus los miedos
encuentran morada tranquila
y el desorden se apropia de cada
gruta rascada en la pared
como nidos de cernícalos famélicos
cuevas de ávidos esdrújulos

Presa de esa calentura
que solía hacer caer a Neftalí,
la fiebre que titila a la distancia
esos guiños agónicos embalsaman
todo cuanto de sano se ha escondido
en el orgánico recipiente
que se erige de las ruinas


Y enfermo es que salgo a verle
y a vivir un poco al borde del mar

Kilo Metris Transporter Alarg

domingo, 4 de mayo de 2008

Esa empresa constructiva
es un tedio espeso,
todo el erguido es mañana
que se revierte en ojos
esperanzados, ojos niños
en tanto brillan aún

Ojos de laca pueril
cernida en el armado
de ese tejido de estrellas
que es madera celeste
anidan en el brillo
coqueteando con el mar
colonia de arpegios
de una canción imposible

Rémoras

Trémulo de muerte
rumor de rémoras
orondas, rubiáceas
remando rendidas
truhanes rompiendo
un ramo de rimas

Un número redondo
de ruinonos rubores
agrios como gritos
rezagos de risas
tragados por ruines
rémoras brillantes
adheridas al remo
del barco enrumbado
al trópico de cáncer
que rasga su morada

Dos menos uno

Vida de sexo con un zapallo
torneado tierno turgente
noche de carreras de submarinos
que se pierden por walkover

Se construye un goce sutil
el guaguancó del cojo
un ocho menos cuatro
matemáticamente posible
en cualquier vena numérica

Todo el placer decidió
retirarse a vivir en las yemas
sin sentir la mordaza del peligro
fría cuántica de las medias colgadas
que son aviso de nada
condición de único albergado dentro

Z

sábado, 3 de mayo de 2008

Taquicardia ha parido
una línea y se siente
dura al regodearse
en tanto salto brea

Se ha buscado forma
y siente que es espiral
dura al enredarse
con la piedra juego

Duerme pierna aquí
incómoda en el hierro
dura en los procesos
eruptivos azulinos

Parturiento brazo
cansado de repiques
duro en la corona
de donde se olvida el cielo