El duende de la taza azul

jueves, 3 de abril de 2008


Qué sutil violín escuchas hoy, sentado al borde de la cama, cuando es muy temprano para moverse, o muy tarde para tomar una decisión. Pero los violines calmos nunca llegan a penetrar tu coraza, porque te encuentras sumido en no pensar en eso. Es el miedo a ti mismo, ese miedo que no conoces, privado te encuentras de saber que todos los hombres reptan hasta tu espalda para rozarse como satisfaciendo el fetichismo de la ausencia. 

Placebo de foto negativa, la cargas y ha reemplazado los lugares de siempre, es el paisaje que no te has dispuesto a contemplar, foto que es una tapa sobre un vuelo de ave y una tacita azul. "Sírveme" musita imaginariamente el duende que se siente perdido hasta en el pasado. Nadie supo cómo llegó ahí. Y nadie supo tampoco supo cómo se fue.

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