Atardeceres hermosos

martes, 21 de abril de 2009

Estoy perdidamente enamorado de tu muerte
en ella y sólo ella pienso al cerrar mis ojos
Te lo he dicho ¿por qué la ayudas a esconderse?
deja que ocurra solo una vez este encuentro
para que, en el infinito orgasmo que tengamos
dejemos al mundo que era hasta tú y yo el camino

Ve para que venga, anda, búscala en tu pecho
que si escapa nos veremos tontamente prolongados
solo para ver constantes atardeceres repetidos
aun cuando al no verlos se vuelven siempre más hermosos

Amarillo sin sol

miércoles, 15 de abril de 2009

Iré a dormir de una buena vez
a donde no alcanza la eternidad
donde el tiempo no me tiene un lugar
pero mejor no me busques más
para no verte yacer en la corriente

Sé elegante, huye con la espada
no cortes el papel de mis paredes
que ya no hay un rumor azul
claramente se trasluce una fuga
de ecos sordos desde el interior

A cuarenta años me ves
en la loma jalde, a lo lejos
allí donde el sol me huye
me he escondido de las aves
que quieren jugar a hacerme nido

El animal que se supo

martes, 7 de abril de 2009

De vuelta a la pradera, dudando que las lilas puedan sentir algo divino
bajando, de improviso, las piedras del camino no pueden ser mejor
que un sueño absurdo: el de partir al mundo en dos.

El verano que las curte no es conciencia del bochorno
es grieta llegando al páramo, es hielo que se fue,
un meandro que se mueve con dolor sin nacer nunca,
diga lo que diga convencido cada uno de tus ojos.

Si pacen la mañana los hatos no es voluntad molar llevada a cabo
es sangre, en cierta manera, es volumen y ley a la que se someten
¿quién levanta el dedo para pedir que los úteros horneen masa para hoy
sino los mismos panes con ínfulas depredatorias
con muertes acuclilladas en potencia en su corteza?

Quiébrense las sombras de los reinos que no existen
para morir al sol, como sus bestias hinchadas de luz amarga
hiel del cielo prodigada por la nada, y entendida como el mundo.
Quiero despertarme y ver sobre la arena, llenas de verdades, sus osamentas.

Madriguera

lunes, 6 de abril de 2009

Hay luz bajo el árbol
plena luz incapaz de moverse
de agitarle los años del árbol

Todo lo que tocas lo vuelves aquí
arropado, casa de cosas y tú
me has tocado, tal vez
lo veo por los murmullos
que resuenan
desde dentro

Un cuento hecho pero erguido
soy, láminas de láminas de sol,
a tus manos que no existen más

Felicidad gorda
es el lugar que erigimos juntos
para guardar como mapaches
las llaves y los relojes del mundo

Por ser tocado
fui corriente tras ser luz
conzco las madrigueras del sueño
y sé todo lo que se guarda
al interior de los sauces