madrugada que se dibuja
en tanto pensamiento
de la terrible conciencia
que me invade los rincones
de que la enfrentes con la bondad
propia de las doncellas provincianas
Toda una mueca de dolor
un espasmo de recordarte así
con el sol posado sobre el pecho
enredados en los sueños
que suelen huir todos blancos ellos
cada vez que se tropiezan con el alba
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