La madre y el mounstro

sábado, 24 de enero de 2009

La madre durazno ha parido dos frutos
los ha lanzado al mundo de mañana

Prendieron dos duraznos
no se miran, aún morando el uno junto al otro

En las tardes que se suceden acomodan sus raíces
entreveran los espacios en la tierra

Es un durazno al fin, informe, infértil, bicéfalo
para sudarla es que sorbe la dulzura del subsuelo

Él/ellos y la tierra yacen,
la madre también ha muerto.

Averno/Cristal

viernes, 23 de enero de 2009

Te vine a buscar aquí, lejos
a buscar que te pierdas de la plaza
y aunque todo brillara cerca
cada ritmo es la distancia de tu amor

Se guardaron en el cuenco de sal
diligentes, mentirosos,
y brillaron sobre mi negado vacío
los atados psicotrópicos de D'os

Sol imitador quemó en brillos
quemó en sal mis pasos
y me es imposible llegar más lejos

Te vine a buscar a este averno
a buscar tu ausencia entera
a romper un recuerdo de cristal

El precio

Me asalta pragmáticamente el ritmo
-poca cosa- he salido a respirar
del aire nuevo, virgen de perfumes
(perfumes perdidos en la ausencia de esta voz)

Cuarenta soles demoro en perderme
¿Cuál es tu excusa para engalanar mi soledad?
sabes que se hace la esquiva, mas no lo es
como toda ama de llaves de este reino de metal

Y cada vez
disminuye su marcha el motor
vital, filosófico, otrora sempiterno,
se cambia el nombre a hacedor de la cinética
con la que podrían bailar
los bordes pendulares de mi cielo

Cuarenta soles agencian el sosiego nuevo de días
¿En cuánto es que empeñaste el que antes tuve?

Sicas

miércoles, 14 de enero de 2009

Hoy es menester hastiarme de soledad
siendo amigo de las esquinas insondables
jugar a retorcer las humedades del alma
y yo, amo del universo de mi propia hechura
lanzar sicas en el aire, verlas brillar
-qué espectáculo fulgoroso de soles que duelen-

Maestro de la musicalización de mi quimera,
me regocijo de mis muertes resumidas,
revolcándome en este guión irrealizable.

Sueñosuerte

El vapor es conducto materializador
de tus bordes imprecisos, es borde
filo, estaca, ave lejana de gorjeo filudo
que aterriza desde otros capítulos
en el sopor de mi espera infatigable
nublado el juicio ya, dejando marcas en las nubes
cegándole los ojos mientras duerme al porvenir

¿Entre cuántas ausencias puedo pasear
orondo, sin que mis huesos estallen de frío?
La racionalidad se cierne sobre los olores
y escapo para fundar mi propio reino
en los escondrijos más tibios
que me permite un averno displicente
un metnal occidental muy conmovido.

Es hoy cuando, arropado en el misterio,
la duda receptiva, aquel consuelo,
hago un hogar en la estrella más cercana
aquella que ya hizo amores con el suelo
mas no por eso deja de ser astro
ni su centro ser un tibio pozo de deseos,
de esos donde -al menos en reflejo-
ya se ven todos cumplidos.