Ceodós

miércoles, 16 de octubre de 2013


                                                    para volar

el coronarte
será la ultima renuncia
a donde los árboles se abren
así me lleve tu cálido suspiro
entre toda mi piel y todo el cielo
para ampliar los límites de tu sombra
viscosos, envolventes y sedientos del brillo
con las puntas de tus dedos de raíz veloz
hasta donde no podrás más envolverme
trepar contracorriente a través de tu xilema
para perseguir tibias líneas doradas 
que llegó por fin el medio día
donde mi dedo descansa
sobre la herida
al ver
arriba
nuevo
del aire
la idea
en mí
crece
no sujeta a nada
cuando mi mano se aferra a un puñado de tierra con olor a lluvia

Nidos tibios

sábado, 30 de marzo de 2013


Sol miserable que no lleva suficiente
de su fuego a la frontera de este cuerpo
¿por qué habría de invocarte otra vez?
si no tus lenguas otras lenguas,
si no tu furia otras furias virulentas,
un emisario de tu redondez astral
cargando un sol en la mano,
pero no prometes más que el día
tibio como toda aquella mentira tibia
que estalla en ti desde tu cielo
y acaricia en vez de quemar los nidos
de todas las aves que sonríen al migrar.

En vez de fuego, polvo inmenso
que sólo sabes ver posarse sobre ellos
sólo calor de cuna arbórea
donde descansan los testigos
de la eclosión de quienes marcharon
agitando sus leves alas claras,
rumiando tiempo sobre esta corteza.

Sombras secas

martes, 19 de febrero de 2013


Debajo de todo ese polvo
hay un color que espera
procura beber bajo del sol
y la lluvia redobla

Pero con esas manos gigantes
le cubres de D'os
con esas sombras secas
que juntas de ti
en todas las calles

Se agrieta la espera
y sale a mirar
despierta en la luna
un destello del fin

Corrí de allí
lavádome el alma
cuando partieron
tus manos enormes
llevando neblina en el bolso

Debajo de aquel color
hay un polvo de pasado
que se hace argamasa de un yo
liberado y sonríe

Desde lejos
mirando hacia aquí
no contento con partir
al mirar moldeas aves
que vuelan en cada dirección

Se pierde en el cielo toda masa santa
que se seca en el aire de la tarde
para amanecer regada por el mundo
como la voz de un profeta ido


Caminata

lunes, 14 de enero de 2013

Es de noche
y nada en el cielo canta
-excepto por el viento
que no te toca,
y cuando no te toca
le gusta silbar conmigo-,
él me hace coro mientras
abro en el ciudad
una cicatriz latente nueva
que une los puntos por vez final
pues la estadística
nos lo enseña con un cuadro
que cae ominoso para reemplazar
todo aquello que no es ciencia
-excepto cuando la ciencia
explica aquello que no lo es
y la vuelve ciencia
a golpe de verdades-,
todo aquello que albergaba
oculto de las fórmulas
que siempre decían
lo contrario a lo que,
siendo hoy silencio negro,
se interrumpe sólamente
por pasos lentos
y dos silbidos que
desde tu ventana
cada vez suenan
más y más lejanos.

En tus términos


No pidas que te guarde que así es como te quiero
con mantra de rechazo y mesa para uno.
Amo tu ausencia y el eco de tus pasos
viento perfumado y volumen negativo.

No quiero saber que te tengo
sino que quizá pude haberte tenido.

Cerca es pasado, es nada, es conseguido
mejor que sea promesa, un beso en potencia.
No serán, pues, tus ojos en los que me extravíe
sino esos mismos ojos los que habré extraviado.

No quiero saber que te tendré
sino saber que quizá te habría perdido.

Miraflores


Miraflores a seis por hora
extiende su noche plena
-ironía vestida de sol mayor,
traje de viejo sol alegre-
que, cuajado en mis labios,
me lleva sin querer
mientras me cantan los muertos
al balcón imposible
donde dejé de ver una noche

Silencio vibra


Si conversáramos de aquello que callamos
no pasaríamos la tarde desenredando nuestras lenguas
para encontrar el secreto que yace en el centro del nudo
tejido de omisiones,
de lo que supones que supongo,
de lo que supongo que supones.

Sería burbuja desnuda de lenguas pudibundas
que vibra al viento estallando en más silencios
hechos de silencios
y estaríamos frente a frente, contemplativos
callando nuevamente aquello que no dijimos
mientras nos escarbamos los ojos

Arena


Una mano trata de atrapar al cielo
mientras la otra dibuja
sueñitos en la arena
aún cuando el verano nos dijo
que la arena despierta
siempre en otro lugar del mar.