Para empezar, todos los demonios nacen sin ombligo
qué ficticios son, pues, aquellos no nacidos
todo nace del ombligo, hasta los cascajos
muestran con orgullo sendas muestras de paridos
más que un rótulo, un testigo es un nudo
rúbrica perenne, sin querer... ¿D'os ha errado el tiro?
Así es que, ausentadas las carnes, los polvillos
ese espacio que es llenura, dominado por lo sacro
es volumen negativo pero un beso -nos diremos-
como el nuestro, mas de D'os, al mirarnos el ombligo
El ombligo
lunes, 15 de diciembre de 2008
Escrito por @KNO_Z a las 1:06 p. m.
Tags> poema
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