Aún desde el medio de ese sol tan litoral
donde rumias las palabras que te lego
se arrastra la sal lentamente al tajamar,
igual a la que baja del viento de distancia
hasta conmigo, en univitelinos paisajes
anidados en el vientre de este cielo
Al vernos, de mielgos mares hace una sola espera,
allá arriba, ese ser de ojos disociados
en sus iris suaves nos hace yacer en la orilla
con una sonrisa indivisible hecha de ambos:
Suma celeste en los veranos que se encuentran
Dos veranos
viernes, 12 de diciembre de 2008
Escrito por @KNO_Z a las 2:40 p. m.
Tags> poema
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