toda esa gente revolotea
porque se ha encontrado el arma
un transductor perfecto
que carga a las piedras de noche
Todos los ocasos apiñados
todos se enfrían, unos sobre otros
ahora la gente se dedica
a aspirar los cúmulos de verso
qué vuelo majestuoso
ese, el desenfado de las aves
proyección sempiterna
de su envergadura sobre el desierto
con los cuerpos duros
se hace guardia a los milagros
del aparato entregado
por el dios que ríe al vernos marchitarnos
sin noche
Transductor
lunes, 19 de mayo de 2008
Escrito por @KNO_Z a las 1:09 a. m.
Tags> poema
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