La medida justa

jueves, 13 de marzo de 2008


Las aves carecen del placer de verte
sublime acariciando los caminos
y esa flor se abre por la noche, pudorosa
siempre a perfumar sólo tu ausencia

De un instante de tus pasos efímeros
el sendero es refugio, y cuanto haya dado
alguien a la vida para detenerse
en tu cielo o en tus pasos, decorando
las postales con aromas de extravío
es la medida justa del alma
escrita por la vida en tono de alegría

Aunque carezca todo de ese placer,
como las hojas que mueren sobre ti

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