Mi gemelo me da un placebo

miércoles, 6 de mayo de 2009

Siempre se hacen siempre esos rostros
oda a la lejanía que transmuta en recuerdo
como si las noches nos oprimieran los ojos
sólo por vernos repetir los caminos andados

En un ayer los dientes fueron dientes
en la hogaza de pan de mis idilios
terríblemente cálidos, cercanos esos labios...
es que el destino disfruta de su pose de promesa
como meciendo una matriz al viento eunuco

Y, oreado el centro en sus historias
las vísceras reclaman el estío
impersonal como el de un sueño
construído como paliando un serafín
que cree el alma ser, a su alter ego, su vecino
moribundo en las fauces de un mañana

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