Trino en un auto de amor

jueves, 20 de noviembre de 2008

No soy partidario del revisionismo
mi virtud de negarme a enmendar los besos
proferidos con tezón de hereje confeso
me antecede en todas las reuniones
que se llevan a cabo arriba del mar

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El niño se mira, entre el cielo y la luna
equidistante a todos sus dolores
sólidos sus labios y entrañas de hambre
de hombre manifiesto en la precocidad
de sus jardines bebidos de verano

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Impertérritos testigos aguardan
a verse formar mil espejos para ser
en el sitio donde fueron, el camino,
fulgoroso puente alzado en la taza de D's
leche caliente, vaho y sueño benevolente
con mis manos frías que no quieren darse
el gusto de enmendar los sueños

1 comentarios:

MIK dijo...

"Manos migratorias, quién espera que sostenga
el frío entre las manos, alma mía
no espero grandes obras, es verano
llueve el sol en otras costas, corazón"

Extraordinaria esa parte javer!, me ha encantado este poema, vaya que está motivado estos días.
Aquí entre finales y madrugadas le deseo éxitos que ese dial de oro ya lleva su nombre je. :D.