La entrada llevaba puerta truncada
y detrás, al abrir, el nombre tuyo
paseando por los jirones
vestido de manto largo y tilde
Nunca olvidé todas tus galas
el porte dado por un penacho enhiesto
jironeándome las esquinas del alma
Te repetiré -nunca es mucho- de mi memoria
que te viste de sombrero a toda hora
más allá de las hojas amarradas con candados
donde huele a que afuera sucede lo que adentro
de todos mis secretos, pasajeros de la luna en las ventanas
Jirón del alma
lunes, 3 de noviembre de 2008
Escrito por @KNO_Z a las 2:28 p. m.
Tags> poema
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