Pegada hacia sus bordes ella dormía
tan tranquila, la mañana le alumbró
y despejándose los cielos obsidianos
se hizo de milagros, salió a continuar
Cabalgatas en lomos de las nubes
se hacen cortas las mañanas al andar
repartiendo las bolsas de colores
al filo de las doce que empieza él a pensar
Que se acaba el mundo en sus ojos
y sin embargo, ella atenta
no deja ni un momento de seguirle
desde el cielo con la risa
Saber que es parte de la compleja
ecuación del uno y uno dos
no es lo suyo, se contenta
con saber que no la tiene pero está
Tan lejana su corona y tan adentro
de sus ojos la lleva para el sofá
como un vaso, que mengúa por la tarde
el dolor que se convierte en sueño estival
Y ya dormido, nunca sabe que a la noche
su piel es playa, y en el reflejo largo de la luna
ella, que es ángel, se guía de su brillo
para amerizar en su sueño, que es su hogar
Al volver de volar su alma
domingo, 9 de noviembre de 2008
Escrito por @KNO_Z a las 7:33 p. m.
Tags> poema
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