Claraboya

lunes, 3 de noviembre de 2008

Altas nos quedan las profecías
altas y lejanas, como papeles suspendidos,
son risas que descienden por la soguilla tensa
manchando las marquesinas,
que ni en los saltos consigo arrancar el vicio
del aire que se ha detenido a contemplar
-ave tiesa, adorno de buhardilla-
todo vano emprendimiento por ser caballero
de tus empresas que se me hacen altas como el sol.

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