La resaca me va a matar, y yo espero que la resaca me mate. No consigo descanso, no estoy lo suficientemente loco como para matar, ni tampoco lo suficientemente cuerdo para dejarme morir. Y aquí que se acortan todas las salidas y no puedo huir de ningún lugar... He tomado conciencia de mi paradero: es el absurdo equilibrio sobre la línea abierta que divide los techos, entre no poder escapar de mi mismo y no poder escapar del resto.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario