"Abajo, hermano"
-G.C.
devorándonos escondidos
bajo la falda del rey
ojo y ojo juntos se golpeaban
La intermitencia del escape
que nos permitíamos montar
la leve sugerencia
de lo que había cada vez
que corríamos descalzos
a desaparecer
como huellas
en el rizo volátil
que reventaba sobre nosotros
-máquina de sinfonías azules-
hasta que nos perdimos.
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