no puedo salir de este mar
pretendo sentir que al pasar
tu sol me guarece como entonces
y si bien he transformado los días
en aves que danzan al borde de tus aguas
no encuentro la llave celeste que brota al pasar
qué ingravidez
al sentirme flotando en tu sombra
qué elegía sin nombre me acoge
en su verbo de muerte cansada
para soñar una vez más que me pierdo sin ti
y tus días son sólo plumones de seda
que se consumen a si mismos
y ya no le pido favores al mundo
ya no rezo en silencio plegarias de nieve
ya no espero figuras celestes
que recogan mis brotes
del verano que no existe en mi patio
de palacio triste que me guarda
y me fui una y otra vez pero pretendo volver
y te cuento en silencio mis planes del pasado
ya no sé si colapsen por el peso
de tu lluvia que se cuela entre mis techos
no pretendo construirte una canción una vez más
para que sufras en cantos oscuros esa ruina
que llamamos corazón
es el fuego el que tenemos descubierto
sobre tu efigie de costra sucedida
de alma protegida
el que te roza y yo no quiero
que acaricie en extinción esa mientras refulge
porque pierdo mi alma en la intención
prefiero sustentar el vacío con tu nombre
para no verte navegando entre mis peñas
prefiero recordarme que no existes
y tenerte como un cuento
que el ángel de las dagas me contó mientras lloraba
sentados en el patio del palacio que me guarda
que es un rincón donde he dejado mi sonrisa
ST
jueves, 1 de marzo de 2007
Escrito por @KNO_Z a las 3:04 p. m.
Tags> poema
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario