ST

martes, 20 de marzo de 2007

Nocturna tu cadena
sabes que me arrastra de esos brillos
lo áureo que yo empuñe y que es mi escape
lo derruyes como casa de papel

Y tensas tu poesía de caminos
sobre mi cerviz amoratada
y es que me resisto a formar parte del baile
a que esa grama me consuma en desazón

Con las sonrisas que me encuentro
horado a golpes tu madeja invisible
cómo quemar el tejido de la luna y los olvidos
permíteme liberarme de este silencio

Ya no puedo hundir más mis rodillas en la grava
y es por eso que te pido que me cantes
esa canción que nunca dejó de ser la llave
la melodía de los amaneceres y las flores

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