Una verdad

sábado, 20 de septiembre de 2008

Cada vez, al caer, se siente pesada
y pesadas todas sus coyunturas
crujen, se hacen trizas en la tarde
las maromas de sus huesos al caer
son la broma blanca, dolor que sonríe
nacarado en los abismos de su centro

Pero dura como es, se dedica a yacer
tranquila, como un cadáver que se muestra
convertido en realidad, en melodía
avatar de los silbidos que te evocan
y yaciendo se transmuta en emoción

Dura emoción, cruel emoción que emana
de todas cuantas sales se acumulen en la sombra
de las fotos que no existen, y que cuentan
una historia de mandrágoras coquetas
que viajaron para soltar entre preguntas
su aliento de purga que se siente en cada uno
de los tramos de la historia que hay en el cuerpo

Coyunturas que, ya endurecidas
son un cuento, el final de alguna tarde
juegan al testigo de las mañas
al visir de la elegía temprano despertado
que ha llegado a celebrar cómo claudican
las sonrisas que, vencidas,
entregan su alma por un mendrugo.

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