No tengo esa fruta
enciendo un cigarrillo, me recuesto
y no tengo esa fruta
Camino por todos los pasadizos
que quizás me lleven al arte, todos
huyo de mis comienzos azules
como escapando de una tormenta
y en aquel trópico, guarida de mis manos
nadie ha oído de la fruta
La forma, sustento de los ojos
nunca ha sido, solo era aquel color
proyectado de los bordes de la mesa
mentira como sanguijuela reptando
sin fruta, sin forma aquel color
Y revolviéndome el alma en esta huida
con las manos penetrando aquel olor
todo es niebla, niebla azul a la que vuelvo
sin morder aquel misterio
sin tocar el ardor que se presenta
como si balas me esquivaran al tomar
un cigarrillo cuando veo un mundo nuevo
Fruta
sábado, 20 de septiembre de 2008
Escrito por @KNO_Z a las 3:42 a. m.
Tags> poema
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