Es hora de un perdón
El otro día te desarmé
para ver cómo funcionabas
y, viéndome así
con tus entrañas en la mano
tic tac, tic tac
Sonaba, no supe qué hacer.
Cuando lloraba
en pleno video de tonta luz
decidí agarrar todo
tirarlo para adentro
y ver si eras tú mismo
pero algo me hizo sospechar que no
Te debo una disculpa
aún cuando tú mismo me lo pediste
malogré esas vainas suizas
No soy bueno en eso de arreglar sueños.
Maquinarias
miércoles, 16 de enero de 2008
Escrito por @KNO_Z a las 9:52 p. m.
Tags> poema
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario