Maquinarias

miércoles, 16 de enero de 2008


Es hora de un perdón

El otro día te desarmé
para ver cómo funcionabas
y, viéndome así
con tus entrañas en la mano

tic tac, tic tac

Sonaba, no supe qué hacer.

Cuando lloraba
en pleno video de tonta luz
decidí agarrar todo
tirarlo para adentro
y ver si eras tú mismo

pero algo me hizo sospechar que no

Te debo una disculpa

aún cuando tú mismo me lo pediste
malogré esas vainas suizas
No soy bueno en eso de arreglar sueños.

0 comentarios: