Caminata

lunes, 14 de enero de 2013

Es de noche
y nada en el cielo canta
-excepto por el viento
que no te toca,
y cuando no te toca
le gusta silbar conmigo-,
él me hace coro mientras
abro en el ciudad
una cicatriz latente nueva
que une los puntos por vez final
pues la estadística
nos lo enseña con un cuadro
que cae ominoso para reemplazar
todo aquello que no es ciencia
-excepto cuando la ciencia
explica aquello que no lo es
y la vuelve ciencia
a golpe de verdades-,
todo aquello que albergaba
oculto de las fórmulas
que siempre decían
lo contrario a lo que,
siendo hoy silencio negro,
se interrumpe sólamente
por pasos lentos
y dos silbidos que
desde tu ventana
cada vez suenan
más y más lejanos.

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