Nidos tibios

sábado, 30 de marzo de 2013


Sol miserable que no lleva suficiente
de su fuego a la frontera de este cuerpo
¿por qué habría de invocarte otra vez?
si no tus lenguas otras lenguas,
si no tu furia otras furias virulentas,
un emisario de tu redondez astral
cargando un sol en la mano,
pero no prometes más que el día
tibio como toda aquella mentira tibia
que estalla en ti desde tu cielo
y acaricia en vez de quemar los nidos
de todas las aves que sonríen al migrar.

En vez de fuego, polvo inmenso
que sólo sabes ver posarse sobre ellos
sólo calor de cuna arbórea
donde descansan los testigos
de la eclosión de quienes marcharon
agitando sus leves alas claras,
rumiando tiempo sobre esta corteza.

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