Los poemas

lunes, 4 de agosto de 2008

Siempre son las mismas
se acarician, se tocan y caen
desplomadas

No hay nada de difícil:
es un voyeurista frente al espejo
que suelta a sus putas de aire
a que le laman las heridas con pasión
Cada mujer que es palabra que eclosiona
de un huevo que guardaba con recelo
impacta en su madurez, en su fluvialidad
que arrastra a todas hacia el borde

para tocarse, como deben
y morir de la grandeza que no tienen

Y así paren frente a sus reflejos
retoños sin forma
que suenan igual de vacíos que sus madres

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