De vuelta a la pradera, dudando que las lilas puedan sentir algo divino
bajando, de improviso, las piedras del camino no pueden ser mejor
que un sueño absurdo: el de partir al mundo en dos.
El verano que las curte no es conciencia del bochorno
es grieta llegando al páramo, es hielo que se fue,
un meandro que se mueve con dolor sin nacer nunca,
diga lo que diga convencido cada uno de tus ojos.
Si pacen la mañana los hatos no es voluntad molar llevada a cabo
es sangre, en cierta manera, es volumen y ley a la que se someten
¿quién levanta el dedo para pedir que los úteros horneen masa para hoy
sino los mismos panes con ínfulas depredatorias
con muertes acuclilladas en potencia en su corteza?
Quiébrense las sombras de los reinos que no existen
para morir al sol, como sus bestias hinchadas de luz amarga
hiel del cielo prodigada por la nada, y entendida como el mundo.
Quiero despertarme y ver sobre la arena, llenas de verdades, sus osamentas.
El animal que se supo
martes, 7 de abril de 2009
Escrito por @KNO_Z a las 12:38 a. m.
Tags> poema
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentarios:
tus poemas son mejores de lo que pense, pero la idea de publicarlos en un blog no me agrada.
Publicar un comentario