Un nardo no sabe flotar en el mar
y, dicho esto, no flota más
El sol es sol haciendo agua a cierta hora
se pinta la barba de luz para salir
a la trastienda en la que bebe con los otros
Que bello el nardo, oblicuo en las ondas
teñido por el cansancio del sol
que bella partida, se nos va
siendo placentero y efímero,
cuando el naranja deja de serlo.
El mar al tragarse el día
martes, 3 de marzo de 2009
Escrito por @KNO_Z a las 1:09 a. m.
Tags> poema
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