Los ciegos

domingo, 13 de julio de 2008

Arremeto iracundo para provocar la caída
de todo ese orden enfermo
como una marioneta espasmódica
que se ensaña dibujando cielos azules

Aquí es cuando me ahogo
en la tersura del cuerpo pasajero,
un recuerdo duele en el fondo
de todo aquello que se sabe ido
y dejo entre mis cosas, en desconcierto
a un grupo de ciegos perdidos
en tanta inconstancia de neblina diurna

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